lunes, 10 de octubre de 2016

Intenta hablar. Intenta escuchar.


Resultado de imagen para escucharImaginemos un mundo donde solo pudiéramos oler las flores, ver el atardecer, probar un helado y acariciar a una persona, pero no oír. ¿Te imaginas no oír? simplemente no entenderíamos bien las cosas, porque el oído es el artista, es quien produce los sonidos.
Llamamos sonidos a las vibraciones que llegan con el aire y es nuestro órgano auditivo quien hace sonar las cosas.
Lo que buscan los locutores y locutoras es esto, que a través de la sensibilidad del oído se crea, con los oyentes, una comunicación intima. En radio se tiene que hablar para emocionar.
Neruda dice que “la risa es el lenguaje del alma”. Es una emoción que la encuentras en la mayoría de programas. Encender la radio para salir de la rutina, para desconectarse del mundo aunque sea solo mientras encendemos la radio.
La radio es ciega, por eso los locutores y locutoras debemos estimular la imaginación de la audiencia, que trabaje, hacer ver con los ojos cerrados. Kant dice que “en las tinieblas la imaginación trabaja más activamente que en plena luz”. La imaginación no es otra cosa que magia, podemos lograr que por más triste y desolada que se encuentre una persona, por medio de las palabras correctas, concretas y muy bien descritas, trasladarla a situaciones totalmente opuestas. El oído es cómplice de la imaginación pero solo cuando este se interesa logramos hacer ver a los ciegos.
Algunos creen que la personalidad de la radio la crea el locutor o la locutora que la dirige, en realidad la crea quien la escucha. Hablar bien por radio te convierte en un trabajador de radio, pero no en un comunicador ni una comunicadora, tenemos que entrar en la magia del medio, seducir al oyente para que este se conecte. Si hace radio, no lo haga porque le pagan bien, hágalo por pasión. Coelho dice que “hay en el mundo un lenguaje que todos comprenden: es el lenguaje del entusiasmo, de las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de aquello que se desea o en lo que se cree”.
Hablamos de lo que se debe hacer sentir en los oyentes, pero ¿cómo hacemos eso? ¿Cómo comunicamos eso?
Comunicar es unión, tener un vínculo para compartir algo. Para que se pueda dar la comunicación esta tiene que tener un mensaje que va de emisor a receptor, e intentar que estos coincidan en sus significados para que el mensaje tenga mayor posibilidad de ser entendido.
El ruido, todo aquello que interrumpe la comprensión del mensaje. Los obstáculos al hablar, las interferencias, la bulla en los micrófonos, un emisor inexperto, las distracciones en el lugar donde se encuentra el receptor. Por todos lados surge el ruido.
Pero el ruido más común es el de los significados y sentidos. Una palabra puede llegar a tener muchos significados. Esto hace complica la comprensión de ella en diferentes lugares. El sentido de las cosas lo pone el que recibe el mensaje no quien lo emite.
La palabra tiene el poder del autoestima por eso el desafío de las emisoras es que la ciudadanía hable en sus radios, haciendo esto se gana doblemente, el locutor aprende al escuchar y la gente a hablar.
Si tenemos esto en cuenta entonces la relación al transmitir el lenguaje ya no sería emisor-mensaje.receptor sino receptor-mensaje-emisor, quizá por eso la naturaleza nos dio dos orejas y una boca, para hablar menos y escuchar más.
Cuando hablamos de radio resaltan tres voces. La voz de la naturaleza, son los efectos, va directo a la imaginación del oyente. La voz del corazón, es la música, se encarga de crear un clima emotivo, va directo a los sentimientos del oyente. La voz humana, expresa palabras, las describe, las explica, las llena de emoción, va directo a la razón del oyente.
Las tres son igual de importantes, al explotar sus posibilidades sonoras cada una tiene algo diferente pero importante que aportar. Tres códigos complementarios, imaginación, emoción, razón.
Otros consideran al silencio como una cuarta voz. Cuando se produce un silencio inesperado porque cometieron una falla se llaman baches. Las pausas son silencios intencionados, se justifican porque tienen significado. Algunos creen que decir más palabras en menos tiempo es correcto, están equivocados. Las pausas, el silencio, es quien resalta la palabra. No dejemos de lado a la música, encargada de seducir y encantar al oyente. La música de hechiza, deleita a los sentidos, el mejor sedante.  El silencio da miedo y la música lo conjura.
Todos hablamos pero pocos sabemos hablar con gracia. Tenemos que cultivar la manera correcta de hablar. La palabra más culta es aquella que se utiliza en el contexto adecuado, la persona culta no es quien presume de lo que sabe en frente de quienes no conocen el tema, es más demuestra su incultura. Se escucha así mismo y no se ha logrado comunicar con los demás. Se exhibe y queda en ridículo. Discrimina.
Opinar libremente es lo que la radio práctica, hablando nos ciudadanizamos, esto es el mejor fruto que le puede dejar un medio de comunicación a la sociedad. Al decir ciudadanía no hablamos solo de los que viven en la cuidad, hablamos de la sociedad como un todo, ciudadanos somos todos, sin discriminación, personas con responsabilidades y derechos, con poder de ejercerlas. Somos iguales pero diferente, y la misión de la radio es transmitir esto. 
Las palabras con las que nos comunicamos por radio deben ser sencillas, la lengua del pueblo porque ellos son tu mayor audiencia.
En radio es mejor usar frases cortar pero no exagerar. Quien piensa antes de hablar, habla claro. La gente entiende más aquellas palabras que entrar por los sentidos y van directo a la imaginación, forma imágenes auditivas. Mientras más descriptiva se plantee la situación mejor será el entendimiento del oyente y atraeremos más su atención, no importa si nos demoramos un poco más, es mejor ganarse al oyente que perderlo por omitir una palabra.
Podemos atraer la atención del oyente de cuatro maneras diferente. Las frases enunciativas, describimos, damos la información ya sea afirmando o negando. Las frases interrogativas, abrimos la curiosidad, por medio de estas enganchamos y hacemos participar a la audiencia. Las frases admirativas, demuestran el asombro, resaltamos una palabra o frase, elevamos la temperatura de la charla, recuperamos la atención. Y las frases apelativas, demuestran autoridad, las usamos cuando es momento de acusar a alguien o para denunciar algo o a alguien.
Chomsky dice que “El lenguaje de hoy no es peor que el de ayer. Es más práctico. Como el mundo en el que vivimos”. Sí, es más práctico pero muchas veces por serlo comete el error de ser sexista. Sabemos que el lenguaje es el reflejo de la sociedad, de sus juicios y prejuicios, y el sexismo lingüístico es uno de ellos, preferimos decir las palabras en masculino, reforzando la ideología patriarcal. Intentemos hablar en general o referirnos al sexo femenino y masculino al hablar. No es fácil intentar cambiar algo que por décadas se ha hecho, favorecer al género masculino. Pero rehabilitemos nuestras lenguas.
Usando frases del mismo pueblo, refranes, comparaciones y metáforas, éstas endulzan el lenguaje de nuestro programa. Ayudan a recuperar al oyente distraído.
La radio local es un espejo de la sociedad donde se encuentra. El objetivo de este tipo de radios es logar la comunicación intensa, para eso la comunidad participa y poco a poco crece su autoestima colectiva. Por otro lado la radio regional, es el reflejo del país, se usa como una ventana para saber cómo se encuentran otros mundos. Debemos procurar que estos dos tipos de radio estén presentes en nuestra sociedad, tener espejos de autoestima y ventanas de diversidad.
Debido a que nuestro mundo ha evolucionado, el internet es un arma que favorece a la radio. Él y la radio han creado un matrimonio tecnológico. A pesar de que éste solo es parte de un minoritario grupo de personas es la mayor penetración social. Es más fácil acceder a una radio a pesar que no estés dentro de su alcance de emisión. Un elitista y la popular, trabajando junto la distribución y el acceso de información radial o programas radiales son más fácil, de primera fuente.
Además el usuario puede acceder a la radio que desee o que le interesen en ese momento, si no le gusta pues la cambia, con presionar un botón o hacer clic en otra página pauta su propia programación. Radio a la carta. Es un acceso libre y gratuito donde podemos recurrir a fuentes plurales y fiables.
La radio es un vehículo por el que trasmitimos palabras pero movemos mucho más que eso, debemos tener las herramientas adecuadas del lenguaje para poder hacer sentir con solo hablar. Debido que la radio es un medio ciego, la palabra hablada, los efectos, y la fluidez que se tiene al comunicarse con el otro debe y tiene que lograr un grado de intimidad con el oyente. McLuhan dijo que la radio “es un medio eminentemente visual” y eso es lo que todos los programas deben aspirar, que a través de su palabra se creen imágenes metales. Dejando de lado que esta nos ayuda a relajarnos y sacarnos de la rutina, es más un arte a través de la palabra.