
Llamamos
sonidos a las vibraciones que llegan con el aire y es nuestro órgano auditivo
quien hace sonar las cosas.
Lo
que buscan los locutores y locutoras es esto, que a través de la sensibilidad
del oído se crea, con los oyentes, una comunicación intima. En radio se tiene
que hablar para emocionar.
Neruda dice que “la risa es el lenguaje del alma”. Es una emoción que la
encuentras en la mayoría de programas. Encender la radio para salir de la
rutina, para desconectarse del mundo aunque sea solo mientras encendemos la
radio.
La
radio es ciega, por eso los locutores y locutoras debemos estimular la
imaginación de la audiencia, que trabaje, hacer ver con los ojos cerrados. Kant dice que
“en las tinieblas la imaginación trabaja más activamente que en plena luz”.
La imaginación no es otra cosa que magia, podemos lograr que por más triste
y desolada que se encuentre una persona, por medio de las palabras correctas,
concretas y muy bien descritas, trasladarla a situaciones totalmente opuestas.
El oído es cómplice de la imaginación pero solo cuando este se interesa
logramos hacer ver a los ciegos.
Algunos
creen que la personalidad de la radio la crea el locutor
o la locutora que la dirige, en realidad la crea quien la escucha. Hablar bien
por radio te convierte en un trabajador de radio, pero no en un comunicador ni
una comunicadora, tenemos que entrar en la magia del medio, seducir al oyente
para que este se conecte. Si hace radio, no lo haga porque le pagan bien, hágalo
por pasión. Coelho dice que “hay
en el mundo un lenguaje que todos comprenden: es el lenguaje del entusiasmo, de
las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de aquello que se desea o en
lo que se cree”.
Hablamos
de lo que se debe hacer sentir en los oyentes, pero ¿cómo hacemos eso? ¿Cómo
comunicamos eso?
Comunicar
es unión, tener un vínculo para compartir algo. Para que se pueda dar la
comunicación esta tiene que tener un mensaje que va de emisor a receptor, e
intentar que estos coincidan en sus significados para que el mensaje tenga
mayor posibilidad de ser entendido.
El
ruido, todo aquello que interrumpe la comprensión del mensaje. Los obstáculos
al hablar, las interferencias, la bulla en los micrófonos, un emisor inexperto,
las distracciones en el lugar donde se encuentra el receptor. Por todos lados
surge el ruido.
Pero
el ruido más común es el de los significados y sentidos. Una palabra puede
llegar a tener muchos significados. Esto hace complica la comprensión de ella
en diferentes lugares. El sentido de las cosas lo pone el que recibe el mensaje
no quien lo emite.
La
palabra tiene el poder del autoestima por eso el desafío de las emisoras es que
la ciudadanía hable en sus radios, haciendo esto se gana doblemente, el locutor
aprende al escuchar y la gente a hablar.
Si
tenemos esto en cuenta entonces la relación al transmitir el lenguaje ya no
sería emisor-mensaje.receptor sino receptor-mensaje-emisor, quizá por eso la naturaleza nos dio dos
orejas y una boca, para hablar menos y escuchar más.
Cuando
hablamos de radio resaltan tres voces. La voz de la naturaleza, son los
efectos, va directo a la imaginación del oyente. La voz del corazón, es la
música, se encarga de crear un clima emotivo, va directo a los sentimientos del
oyente. La voz humana, expresa palabras, las describe, las explica, las llena
de emoción, va directo a la razón del oyente.
Las
tres son igual de importantes, al explotar sus posibilidades sonoras cada una
tiene algo diferente pero importante que aportar. Tres códigos complementarios,
imaginación, emoción, razón.
Otros
consideran al silencio como una cuarta voz. Cuando se produce un silencio
inesperado porque cometieron una falla se llaman baches. Las pausas son
silencios intencionados, se justifican porque tienen significado. Algunos creen
que decir más palabras en menos tiempo es correcto, están equivocados. Las
pausas, el silencio, es quien resalta la palabra. No dejemos de lado a la
música, encargada de seducir y encantar al oyente. La música de hechiza,
deleita a los sentidos, el mejor sedante.
El silencio da miedo y la música lo conjura.
Todos
hablamos pero pocos sabemos hablar con gracia. Tenemos que cultivar la manera
correcta de hablar. La palabra más culta es aquella que se utiliza en el
contexto adecuado, la persona culta no es quien presume de lo que sabe en
frente de quienes no conocen el tema, es más demuestra su incultura. Se escucha
así mismo y no se ha logrado comunicar con los demás. Se exhibe y queda en
ridículo. Discrimina.
Opinar
libremente es lo que la radio práctica, hablando nos ciudadanizamos, esto es el
mejor fruto que le puede dejar un medio de comunicación a la sociedad. Al decir
ciudadanía no hablamos solo de los que viven en la cuidad, hablamos de la
sociedad como un todo, ciudadanos somos todos, sin discriminación, personas con
responsabilidades y derechos, con poder de ejercerlas. Somos iguales pero
diferente, y la misión de la radio es transmitir esto.
Las
palabras con las que nos comunicamos por radio deben ser sencillas, la lengua
del pueblo porque ellos son tu mayor audiencia.
En
radio es mejor usar frases cortar pero no exagerar. Quien piensa antes de hablar,
habla claro. La gente entiende más aquellas palabras que entrar por los
sentidos y van directo a la imaginación, forma imágenes auditivas. Mientras más
descriptiva se plantee la situación mejor será el entendimiento del oyente y
atraeremos más su atención, no importa si nos demoramos un poco más, es mejor
ganarse al oyente que perderlo por omitir una palabra.
Podemos
atraer la atención del oyente de cuatro maneras diferente. Las frases
enunciativas, describimos, damos la información ya sea afirmando o negando. Las
frases interrogativas, abrimos la curiosidad, por medio de estas enganchamos y
hacemos participar a la audiencia. Las frases admirativas, demuestran el
asombro, resaltamos una palabra o frase, elevamos la temperatura de la charla,
recuperamos la atención. Y las frases apelativas, demuestran autoridad, las
usamos cuando es momento de acusar a alguien o para denunciar algo o a alguien.
Chomsky dice que “El lenguaje de hoy no es peor que el de ayer. Es más práctico. Como el
mundo en el que vivimos”. Sí, es más práctico pero muchas veces por serlo
comete el error de ser sexista. Sabemos que el lenguaje es el reflejo de la
sociedad, de sus juicios y prejuicios, y el sexismo lingüístico es uno de
ellos, preferimos decir las palabras en masculino, reforzando la ideología patriarcal.
Intentemos hablar en general o referirnos al sexo femenino y masculino al
hablar. No es fácil intentar cambiar algo que por décadas se ha hecho,
favorecer al género masculino. Pero rehabilitemos nuestras lenguas.
Usando
frases del mismo pueblo, refranes, comparaciones y metáforas, éstas endulzan el
lenguaje de nuestro programa. Ayudan a recuperar al oyente distraído.
La radio local es un espejo de la
sociedad donde se encuentra. El objetivo de este tipo de radios es logar la comunicación
intensa, para eso la comunidad participa y poco a poco crece su autoestima
colectiva. Por otro lado la radio regional, es el reflejo del país, se usa como
una ventana para saber cómo se encuentran otros mundos. Debemos procurar que
estos dos tipos de radio estén presentes en nuestra sociedad, tener espejos de autoestima y ventanas de
diversidad.
Debido
a que nuestro mundo ha evolucionado, el internet es un arma que favorece a la
radio. Él y la radio han creado un matrimonio tecnológico. A pesar de que éste
solo es parte de un minoritario grupo de personas es la mayor penetración social.
Es más fácil acceder a una radio a pesar que no estés dentro de su alcance de emisión.
Un elitista y la popular, trabajando junto la distribución y el acceso de información
radial o programas radiales son más fácil, de primera fuente.
Además
el usuario puede acceder a la radio que desee o que le interesen en ese
momento, si no le gusta pues la cambia, con presionar un botón o hacer clic en
otra página pauta su propia programación. Radio a la carta. Es un acceso libre
y gratuito donde podemos recurrir a fuentes plurales y fiables.
La radio es un vehículo por el
que trasmitimos palabras pero movemos mucho más que eso, debemos tener las herramientas
adecuadas del lenguaje para poder hacer sentir con solo hablar. Debido que la
radio es un medio ciego, la palabra hablada, los efectos, y la fluidez que se
tiene al comunicarse con el otro debe y tiene que lograr un grado de intimidad
con el oyente. McLuhan dijo que la radio “es un medio eminentemente visual” y eso es lo que todos los
programas deben aspirar, que a través de su palabra se creen imágenes metales. Dejando
de lado que esta nos ayuda a relajarnos y sacarnos de la rutina, es más un arte
a través de la palabra.